Adiós, 2013.

365 días después de la anterior Nochevieja se puede decir que han cambiado muchas cosas. Somos menos sentados a la mesa, somos personas diferentes los que quedaremos después de las campanadas para celebrar la llegada de este año nuevo con la esperanza de que sea mejor que el anterior, somos más sabios, más mayores, más adultos los que nos reuniremos para cenar, y algunos son más niños que nunca. 

 

Ahí estaremos todos, esperando esas 12 campanadas, todo el país a la misma hora, sentados, comiendo uvas (o igual no). Besándonos después de la última campanada, deseando que seamos los mismos al año que viene, o incluso… ¡que ójala seamos más!

En este año yo tengo que dar las gracias por muchas cosas, tengo a los mejores amigos a mi lado, seguimos toda la familia unida, aunque esta vez estemos menos, y he tenido un 2013 lleno de amor. Sólo deseo lo mismo para el 2014, y… que no falte la salud a nadie. Que, al final, eso es lo más importante. Salud, familia y amor (en cualquier forma). 

 

Además, este año tengo este nuevo proyecto que me llena de ilusión y que lo llevo con toda la felicidad del mundo, y aquí estoy yo, detrás del ordenador alegrándome con cada comentario nuevo que con un cachito de vuestro tiempo me escribís. Gracias, por todo lo que anima  tener una respuesta al otro lado de la pantalla. Y ver que hay personas a las que le gusta lo que escribes, lo que posteas, lo que compartes.

Porque, en definitiva, de eso se trata, ¿no? De compartir, de compartir pasiones, momentos, tiempo y cariño. Y al final lo que consigues con esto es crear una pequeña familia, con la que COMPARTIR.

Y esta es una experiencia más de este 2013 que se va. Y una muy gratificante que espero seguir manteniendo en el 2014. Gracias. 

Y aquí estoy ahora, a las 19.32 de la tarde, esperando a que la familia llegue a casa para ponernos, un año más, nerviosos porque no nos va a dar tiempo a cenar antes de las uvas, para que, al final… siempre lo consigamos. Para lanzar algún cohete para que este 2014 empiece lleno de ruido y luz, como no podía ser de otra manera. 

 

Sólo me queda deseados que empecéis el año con muy buen pie, que compartáis estos momentos de risas, nervios y alegría con los vuestros, con los buenos, con los que siempre han estado ahí, y que abráis el corazón para nuevas amistades, amores, y experiencias. Que salgáis a celebrar este año y a ver el primer sol del 2014 y, por qué no, a beberos la noche, que sómos jóvenes, y nos sentimos jóvenes. 

 

Sed buenos, recordad que Los Reyes Magos siguen vigilando y su llegada está a la vuelta de la esquina y sobre todo: que os aproveche la magnífica cena que tengáis hoy, que ya llegará el gimnasio en Enero, hombre. 

ADIÓS AL 2013, ¡Y FELIZ 2014, AMORES!